Juan Manuel Robledo
Para algunos, los mexicanos nos pasamos de cínicos; para otros le encontramos el lado alegre a todo, hasta a la muerte. También dirán que somos resilientes. Cuando el vendaval de la tragedia azota conducimos la nave por la senda del humor o por la ruta del no pasa nada.
Mexicanos herederos de culturas violentas, sobrevivientes de la barbarie; traumados por la Conquista pero orgullosos de gritar: ¡Viva México, cabrones!
El rosario de tragedias mexicanas no reduce el animo de fiesta; del cumpleaños al velorio, pasando por la boda y los quince años, todo es pretexto para convivir, para beber, para reñir, para hacer bola.
Nos retratamos en las películas en blanco y negro del cine mexicano, en las telenovelas de guiones azucarados que se derraman del televisor; en las películas de ficheras con diálogos albureros; en el culto a los Héroes que nos dieron Patria; esa Patria que a ciencia cierta no sabemos que es pero que con fervor le ofrecemos hasta la vida.
La pausa folclórica de las Fiestas Patrias no detiene la pudrición del país, pero nos distrae para no ver las fauces del abismo.
Mexicanos orgullosos de la derrota pero encomendados a la virgencita del Tepeyac; hemos sustituido los hechos históricos por mitos sagrados que ondean en el viento de la Historia Nacional como cuadritos de papel picado que resiste el tijeretazo de la verdad.
Ya lo dijo el sagrado poeta nacional: La Vida No Vale Nada. Y mientras la vivimos hay que divertirnos.
¡Salud; viva México…cabrones!
Juan Manuel Robledo es director de Info Aguascalientes / infoags y politólogo de café.