Guillermo Macías Díaz Infante
Es vox populi que la actuación del alcalde de Aguascalientes ha sido gris y sobre todo sumisa a la voluntad del gobierno del Estado, que lo manipula a su antojo.
Tales características no son de extrañar si consideramos que el Alcalde ha enseñado de qué está hecho. Para muestra ha bastado un botón.
Se lamentó el funcionario de que el municipio sufrirá “pérdidas” de equis cantidades por la no extensión de las licencias de establecimientos de servicio de bebidas alcohólicas más allá de las tres de la mañana.
Vaya mentalidad! Vaya desorientación de este señor! Vaya inversión de conceptos que domina la mente de este alcalde.
Considerar como “pérdidas” las cantidades relativas a las referidas licencias es tener un concepto totalmente equivocado del papel de la autoridad respecto de actividades que requieren ese tipo de permisos; es no tener idea de la razón de ser de la función gubernativa.
Cuando una actividad en la sociedad se somete al régimen de licencia por parte de la ley para poder realizarse, es por la sola razón de control y vigilancia.
Las licencias, permisos o autorizaciones nunca tienen per se una finalidad recaudatoria. Su expedición u otorgamiento tienen un precio, que se denomina fiscalmente “derecho” y que es sólo para cubrir el costo que ello le represente al ente público por el acto en beneficio de quien obtiene la licencia. Si bien ese ingreso va a parar al gasto público, los derechos no tienen la naturaleza de cobros para que el aparato público subsista y realice sus funciones.
Por ello no puede considerarse que el municipio tenga pérdidas ahora por esa circunstancia de reducción de horario de licencias y la autoridad no puede lamentarse por que bajen los ingresos por ese concepto.
Lo que importa en este caso es que se regula la actividad sujeta a licencia, restringiendo el horario por razones de interés público (seguridad, salud, orden, entre otras). Los ingresos que deje de percibir el municipio no son pérdidas ni es nada para lamentarse.
Aunque hay algunos buenos funcionarios en el gobierno municipal de Aguascalientes (ayuntamiento y administración), los servicios públicos, vox populi, dejan mucho qué desear; es más, son malos y podemos considerar que para ello influye la visión de este alcalde que muestra un concepto pervertido de la función pública, una ignorancia supina respecto a la acción gubernativa. (fin)
Guillermo Macías Díaz Infante es abogado.