Juan Manuel Robledo
La Reforma al Poder Judicial pasó la primera aduana, la aprobación en lo general, con una mayoría calificada conseguida con acuerdos vergonzosos, que anticipan graves violaciones a la ley. El voto traidor canjeado por impunidad.
Viene el voto en lo particular y después la aprobación en por lo menos 17 congresos estatales.
Cada legislatura local será un barril de pólvora que al estallar pueden llenar de revueltas sociales el país; hay muchos intereses e interesados en alimentar esos incendios dispersos por el territorio mexicano.
Lo peor para Claudia Sheinbaum Pardo sería recibir el país con desórdenes sociales que pudieran escalar hasta poner en peligro su Presidencia.
Suena a escenario apocalíptico, tremendista; pero no soy el primero en decirlo.
La violencia combinada con la abdicación presidencial de su deber de mantener la paz y la seguridad han convertido al país en un espejo roto que se sostiene con débiles trozos de cinta adhesiva.
Los recortes presupuestales a estados y municipios; la incesable llegada de migrantes y la probada incapacidad de algunos gobiernos locales hacen presión sobre los trozos del espejo.
El error de diciembre que heredó Zedillo puede repetirse y convertir el arranque del sexenio de Sheinbaum en una pesadilla que conjunte en un amargo cóctel la violencia rampante, la depreciación del dólar, la ausencia de autoridades locales y las ansias de revancha de grupos de poder, político y económico; sin olvidar los factores externos con intereses económicos y políticos fijos en un país con amplia frontera con Estados Unidos.
El demencial fin del sexenio de Andrés Manuel López Obrador está castigando severamente las estructuras públicas; el embate agresivo contra el equilibrio de poderes al usar al Legislativo para debilítar al Judicial hasta destruirlo, si la reforma se concreta, es un Golpe de Estado desde dentro.
Al recibir la Banda Presidencial, la primera presidenta mexicana tendrá en sus manos un poder envenenado que comenzará por devorarla a ella, que hasta hoy no expresa una postura de estadista y se comporta todavía como la candidata subordinada a AMLO que en discursos y acciones fue.
Si el capitán del barco enloqueció de poder, no hay señales de que el relevo tenga claras sus cartas de navegación; la noche es oscura, el demente destruyó el faro y la nave avanza a velocidad de crucero hacia la costa llena de escarpadas rocas. ¿Hay decisión, hay voluntad, hay estrategia para virar a tiempo? ¿Hay tiempo?
Juan Manuel Robledo es director de Info Aguascalientes / infoags y politólogo de café.
